...
Un día, un dulce día con manso sufrimiento,
te romperás cargada como una rama al viento,
y será el regocijo de besarte las manos,
y de hallar en el hijo tu misma frente simple,
y de hallar en el hijo tu misma frente simple,
tu boca, tu mirada, y un poco de mis ojos,
un poco, casi nada...
un poco, casi nada...
José Pedroni
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